Los datos no pertenecen al vacío.
En un entorno escolar, deben ser compartidos por profesores, administradores y padres.
Pero no olvides a la parte interesada más importante: el alumno.
Sus logros son un reflejo de su rendimiento, y una escuela con una cultura sólida debe dar a los alumnos el poder de utilizar esos indicadores para hacerse cargo de su crecimiento y mejora personales.
El primer paso es garantizar que los alumnos tengan acceso a sus propios indicadores de rendimiento, ya sea en una tarjeta de calificaciones, en un ticket de salida o en otraforma de informe de rendimiento.
Una vez que los alumnos tienen esa visibilidad y comprenden por qué es importante, deben averiguar qué significa.
Para ayudar a motivar a los alumnos para que “se apropien” de sus logros, he aquí seis pasos para que los alumnos inviertan en su rendimiento personal:
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Conecta los logros con los incentivos
Una de las formas más fáciles de conseguir que los alumnos se apropien de sus datos es darles incentivos para que lo hagan.
Los centros educativos a veces dan por sentado que los incentivos son caros, pero no tiene por qué ser así.
No hace falta vender bocadillos ni invitar a los alumnos a fiestas de helados.
Algunos de los mejores premios son gratuitos.
Deja que los alumnos se ganen un día sin uniforme, que coman su almuerzo con el director o que pasen tiempo extra en el ordenador.
Josh Halverson deja que los alumnos se ganen la oportunidad de leer a los alumnos más pequeños.
Fomentar una competencia sana
La competición puede ser un poderoso incentivo.
Lo vemos en el campo de juego, y también puede funcionar en el aula.
Cuando la competición consiste en “de quién es el mejor comportamiento”, puede repercutir en la cultura escolar.
Algunas escuelas utilizan sistemas de incentivos de comportamiento basados en puntos, y utilizan esos puntos para dar a los alumnos una idea de cómo progresan, día a día.
Pero además, algunas de esas escuelas publican los totales semanales de puntos de sus alumnos en un lugar destacado y público.
La Soulsville Charter School, por ejemplo, los publica todos los días en los pasillos.
Ben Pacht, decano de estudiantes de la Columbus Collegiate Academy, los pone en los baños de los chicos.
Dar a los alumnos la oportunidad de evaluar comparativamente cómo se están comportando les permite otra ventana a su crecimiento personal.
Utiliza las fotos de los alumnos
A los alumnos les encanta ver sus caras en la pared.
Por ejemplo, el “Scholar Ballers”, celebra a los alumnos que han destacado académicamente.
La foto es más que un incentivo; es una especie de “trofeo” del éxito.
Este logro de rendimiento puede vincularse a los datos académicos, ya sea relacionándolo con el dominio general de los estándares o con el progreso entre evaluaciones.
También funciona para el comportamiento.
Por ejemplo, una escuela, cuya cultura se basa en los “7 Hábitos”, celebra a los alumnos que demuestran con más frecuencia el “hábito del mes” de la escuela.
A los que más lo hacen se les cuelga una foto en la pared.
Ayudar a los alumnos a visualizar su rendimiento personal
Al crear un gráfico a partir de los datos, todos, incluidos los alumnos, pueden interpretarlos más fácilmente.
También pueden comparar su crecimiento con el de sus compañeros, lo que puede ser una poderosa motivación.
Por supuesto, la visualización está muy extendida en la era digital, pero es posible simplemente utilizar cartulinas y rotuladores para traducir los números en imágenes que mejoren la comprensión de los alumnos sobre sus propios logros.
Incorporar la reflexión de los alumnos a los informes de progreso
Cuando los alumnos reciban sus informes de progreso, pídeles que escriban una reflexión.
La observación y las preguntas pueden ayudar a los alumnos a interpretar su rendimiento.
Ve un paso más allá, y esas reflexiones pueden ayudar a los alumnos a desarrollar sus propios planes de acción para la semana siguiente.
Celebra las victorias diarias, grandes y pequeñas
Recuerda a los alumnos que deben invertir a diario en sus datos. El mayor incentivo puede ser celebrar las victorias, por pequeñas que sean.
Cuantos más indicadores se recojan, más fácil será identificar las victorias, independientemente de los retos de un alumno.
Celebrar la mejora de un alumno puede ser una gran motivación para mostrarle cómo su rendimiento y su trabajo duro conectan con su crecimiento personal.
Conclusión
Los profesores y los administradores pueden ajustar la instrucción, realizar intervenciones y evaluar si sus métodos de reenseñanza funcionan basándose en lo que les dice el análisis.
Ese mismo proceso (fijar objetivos, hacer observaciones, identificar problemas, tomar medidas, etc.) también pueden utilizarlo los alumnos para autoevaluar su propio progreso.
Seguir los pasos anteriores te ayudará a inspirar y motivar a tus alumnos para que aprendan.
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